jueves, 9 de mayo de 2019

El ESPÍRITU DE LA LLORONA


Cuando Francisco Rodríguez, llegaba de su trabajo a su domicilio, aproximadamente a las cuatro de la mañana. En el trayecto, escuchó el llanto de una mujer por una concurrida calle del poblado de Casa Grande. Al percatarse, que el sonido de aquel lastimero llanto venía desde muy lejos de calle de donde el transitaba. Inocentemente, acelero el paso, pensando que él podría ayudar en la tragedia de aquella doliente mujer, y así socorrerla de lo que pueda estarle pasando en ese momento y a esa hora de la madrugada. Cuando sorpresivamente, desde una distancia, vio una fantasmagórica silueta de una dama de blanco, que flotaba en el aire, y donde no se le podía ver el rostro, más que una sombra de facciones desencajadas.
Francisco al advertirse de que aquel ser no era una persona y, más bien una condenada alma que deambula en las noches; se paralizo en una mudes total. Pero cogiéndose de su carácter fuerte, dio unos pasos atrás, donde reacciono cerrando los ojos y dando una oración para protección de su alma.
Unos minutos tuvo que soportar la pesadez que despedía aquella anima, se aferró a su fe católica y agarrando coraje, logro sacar de su boca algunas palabras para darse él mismo valor a lo que estaba aquel ente, queriendo invadir su mente con la locura. A lo que dramáticamente aceleraba producto por el miedo su corazón, y, a lo que paralizaba sus nervios.
Un instante después, aquel terrorífico espíritu. Desapareció entre la penumbra de una calle contigua. Dejando a aquel hombre con una conmoción con todo el cuerpo. Cuando llego a su domicilio, su muer corrió al atenderlo; ya que apareció en su puerta pálido por el aquel encuentro con aquella espectral dama que reclama en las noches por el alma de sus hijos.


Anonimo



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