Según los antiguos moradores de nuestro distrito, el farol era muy grande y a los costados tenía unos ganchitos que parecían plumitas, pero todo era de oro puro. Según dicen, el farol salía de las tres huacas y venía en dirección a la huaca de la campanilla, cuando llegaba a esta desaparecía.
Este farol era de oro vivo, el que lo quería agarrar se encantaba convirtiéndose en una joya de oro puro y se enterraba en la huaca de la campanilla. Es así como se explica la desaparición de muchas personas, que por la ambición de oro lo que querían agarrar y se enterraban en la huaca convirtiéndose en oro para siempre.
Anónimo
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